miércoles, 23 de noviembre de 2016

TRANSMEDIA Y ADRENALINA: los parques de atracciones - Belén Albiol


Normalmente, cuando hablamos de un universo transmedia, entendemos que su origen se encuentra en un libro, una película o serie, un cómic o un videojuego. Bien, pues como hemos ido aprendiendo estas semanas, la Narrativa Transmedia puede originarse también en el teatro, la radio y otras expresiones artísticas o experiencias de comunicación. Pero hemos ido más allá, ¿verdad? También sabemos, a estas alturas, que el transmedia storytelling se encuentra también en nuestra realidad física o corporal.  Educación, periodismo, deporte, activismo… incluso encontramos transmedialidad en la política, la música y los museos.
Ya hemos visto múltiples ejemplos de la narrativa transmedia cuando ésta da el salto fuera de la pantalla. Esta semana quiero introduciros un ejemplo que mezcla realidad y ficción en un mismo espacio: los parques de atracciones.




Los parques de atracciones o parques temáticos nacen de la evolución de las ferias y parques de diversiones europeos. Las atracciones que allí se nos ofrecen, posibilitan la inmersión del usuario en mayor o menor medida, dentro del universo narrativo al que pertenecen. Es por esto que los parques intentan enriquecer sus atracciones con personajes y relatos, sea desde el inicio, o incorporándolos posteriormente. Ejemplos representativos del primer caso son los parques Disney o Warner Bros., que incluyen en un mismo espacio múltiples universos narrativos de su propiedad. Siguiendo el ejemplo de estos gigantes del storytelling y las atracciones, encontramos los parques temáticos de universos transmedia que han alcanzado un estatus de marca global, como son los parques de Harry Potter o Indiana Jones.


Las atracciones comparten un aspecto con los videojuegos, pues ambos permiten al usuario sumergirse en el universo narrativo. Los parques de atracciones, además de ofrecer esta posibilidad al experimentador, pertenecen al universo y contribuyen a su expansión. Pero los parques de atracciones pueden ser también el origen de un universo transmedia.

La primera de las películas de la saga Piratas del Caribe, de Disney, se produjo en el año 2003. No obstante, la atracción de piratas del Disneyland californiano se inauguró en 1967. Esta fue, de hecho, la última atracción que fue supervisada personalmente por Walt Disney antes de su muerte. Originalmente, se concibió a mediados de los cincuenta como una atracción/museo de cera dedicado a piratas históricos, aunque finalmente se diseñó como una atracción tipo dark ride.

En unas barcazas con capacidad para unas 20 personas, el usuario acude a un “recorrido por los mares del sur”, mediante proyecciones audiovisuales, mientras asiste a secuencias de la vida pirata, como duelos de espadas, batallas navales, cárceles y hasta pueblos en llamas o fantasmas pirata.

Animatronics de Piratas
La atracción acoge puesta en escena, sonidos, iluminación, efectos especiales y unos 200 animatronics que dan vida a este universo narrativo que desde 1967 se replicó en el resto de parques Disney: Florida (1973), Tokyo (1983) y París (1992).  En este último, Disneyland Paris, Piratas se redefine mediante una tecnología muy superior, reorganizando la historia y con nuevas posibilidades para los audio-animatronic.

Aunque los personajes de las posteriores películas no aparecen originalmente en la atracción, existe una conexión más concreta entre Piratas y la saga cinematográfica: la canción. No es la misma música que introduce las películas, sino la que cantan los piratas dentro de ellas, haciendo un guiño, pero sin unificarlas.

Tras el lanzamiento de la segunda película de la saga, en 2006, la atracción se modificó para hacerla acorde a los personajes y argumentos. Piratas también cuenta con su propio restaurante, el Blue Lagoon, en el que seguro que podremos pedir una buena botella de ron. Además, desde la creación de la saga se han lanzado una serie de videojuegos, las bandas sonoras de las películas y hasta novelas en las que se nos cuenta la vida pasada de algunos personajes. También se abre una nueva atracción en el parque de California, esta vez inspirada en las películas: The Legend of Captain Jack Sparrow.

Resulta más fácil encontrar ejemplos de parques temáticos que se inspiraron en obras literarias o audiovisuales. Otro caso destacable lo encontramos en Alien War, inspirado en las dos primeras películas, de Ridley Scott y James Cameron. En este caso, estamos ante un espectáculo de total reality que fue instalado en varias ciudades de Inglaterra entre 1992 y 1996.

Los usuarios llegaban, en grupos de unos doce, a un espacio en el que se les presentaban las instalaciones de una colonia espacial, de la mano de un colono. El tour se veía afectado por los aliens, y los marines espaciales allí presentes se encargaban de proteger a los turistas de la colonia.

En 1999 y 2000, en Glasgow, se reabrió la atracción, incluyendo la aparición de un Predator, lo que trajo al mundo real el conflicto inaugurado en el cómic (1992) y trasladado posteriormente al cine con Alien versus Predator (2005).

Los marines fueron equipados con rifles de pulso usando un sistema llamado Soundfire, por el cual la pistola emitía una señal infrarroja cuando se disparaba, que recibían unos sensores incorporados en el set. Al ser recibidos, era reproducida una muestra digital de un disparo de rifle de pulso en el área necesaria. El sistema de reproducción de muestras también incorporaba sonidos como claxons, anuncios de aviso... todos muestreados de la banda sonora de Aliens.

Los guerreros alienígenas fueron interpretados por actores muy altos, vestidos con trajes similares a los utilizados en la película. También se instalaron dos ataques automatizados: uno en el vehículo de escape de emergencia, cuando un facehugger bajaba de una escotilla en el techo, sólo para huir rápidamente cuando un marine disparaba. El otro ataque mecanizado consistía en una cabeza de alien que atravesaba el techo del ascensor, incluyendo una mandíbula en movimiento y babas.

Por último, otro ejemplo emblemático es el parque The Wizarding World of Harry Potter. Se trata de una cadena de áreas temáticas en los parques y resorts Universal, basadas en Harry Potter, adaptando elementos de las novelas y películas de la saga de J.K. Rowling. Se inauguró en 2007, replicándose en Japón en 2014 (sin el Lago Negro de Hogwarts ni la lechucería) y en Hollywood en 2016.

Las atracciones incluyen montañas rusas en las que se simula el vuelo en escoba y en hipogrifo, sobrevolando en el segundo caso la casa de Hagrid y su campo de calabazas. En el Parque de Hollywood, el vuelo “en escoba” se potencia con imágenes en 3D, y los visitantes llevan unas gafas que nos recuerdan a las empleadas en el Quidditch. Podemos ver el castillo de Hogwarts y visitar las tiendas más características de Hogsmeade o el Callejón Diagon, como Ollivander’s, donde podemos comprar nuestra varita, o las Tres Escobas, donde tomarnos una buena Cerveza de Mantequilla o un Zumo de Calabaza.

El Vuelo del Hipogrifo, con Hogwarts de fondo
También se encuentran entre las tiendas Honeydukes, para comprar desde Ranas de Chocolate a Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, o la tienda de bromas de Zonko, perteneciente a los gemelos Fred y George, así como la Sala de Objetos Perdidos de Filch, donde podremos conseguir nuestro propio Mapa del Merodeador. En la Lechucería podemos enviar cartas selladas en Hogsmeade o, si lo preferimos, hacernos con uniformes de Quidditch o de Hogwarts, incluso otras ropas, sombreros, joyas e instrumental para magos, en Dervish y Banges o el resto de tiendas del parque.

Otra de las atracciones que ofrece el Wizarding World of Harry Potter es el espectáculo del coro de alumnos con sus sapos y el espectáculo de los alumnos de Beauxbatons y Durmstrang para presentar el Torneo de los Tres Magos.  Además, se ofrece desde su web una experiencia interactiva para “visitar” el parque desde nuestra casa.


Pero Harry Potter no solo toca la realidad en parques de atracciones. De hecho, también podemos tomar una cerveza o helado de mantequilla, cazar una snitch dorada, volar en escoba o conseguir réplicas de algunos objetos en los estudios situados en Leavesden (Londres). Allí podemos descubrir secretos del rodaje, visitar algunos sets originales y admirar los objetos más curiosos que se crearon para las películas. El Studio Tour se abrió  el 31 de marzo de 2012, tras volver a montar algunos decorados que se destrozaron para el rodaje de la última película de la saga.

Son más los ejemplos de parques o atracciones que se introducen en la Narrativa Transmedia, como The Dr. Who Experience (Cardiff), Legoland o Phantom Manor (que también es un ejemplo de atracción en la cual nace el universo narrativo)

Vemos así que la Narrativa Transmedia nos permite vivir de primera mano, incluso con experiencias propias y reales, las historias de los relatos. Gracias a los parques de atracciones, podemos descubrir nuevas cosas sobre los universos narrativos, y además ¡pasarlo en grande! Si es que no nos importa hacer un poco de cola, claro está.

Desde obras de teatro hasta hoteles, pasando por atracciones y tiendas, conforman los parques temáticos, que ayudan no sólo a expandir el universo narrativo, sino también a experimentarlo.

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